La necesidad de estar acompañado cuando estas solo como el uno.
Y la necesidad de estar solo cuando es muy dificil dejar de estar acompañado.
No se cual de las dos fuerzas es más poderosa, pero las dos pueden llegar a ser tremendas. Y no deja de ser un fastidio que lo que un día desechas al otro lo vayas buscando.
La soledad, que jodida, mis temores previos eran todos ciertos. Puede hacerse muy duro viajar de un lugar a otro si nadie te espera en ningun sitio, si nada tienes que hacer con nadie alli donde llegas. Lo dificil no era conocer gente. Es mucho más complejo que eso. Tiene que ser alguien que te resulte interesante, que te aporte algo o que pueda entenderte. A veces conocía a mucha gente con la que se repetía una especie de guión:
Where are you from? What,s your name? where are you going next? y tal y tal, sin que llegara a sentirme acompañado.
El caso es que para ser feliz, no hace falta ser ni rico ni guapo, pero si que es necesario tener una vida social satisfactoria.
Autofoto en San Francisco.
Bueno, pues la “ITIS” es tan fuerte como la soledad. Que qué es la ITIS? Os explico. Si vas viajando, pongamos, con tu querido amigo PEPE dos semanas, y si no tienes la visión para marcar tus descansos hábilmente es casi seguro que acabaras teniendo “PEPITIS”. Y puede que sea recíproco. Es como una desgaste del aguante mutuo, y tambien una necesidad de intimidad constantemente insatisfecha.
Hace mucho oí en la radio que la gente se casaba porque pensaba que así ya no tendría la sensación de estar solo. No se si tendrá mucho o poco de cierto, pero de lo que estoy convencido es que la “ITIS” es frecuente motivo en los divorcios.
Hace algun tiempo, un querido lector de este blog me contaba los motivos de su divorcio:
” Imagínate, tu y yo vivimos juntos. Tu hoy me dejas este vaso aquí. A mí, la verdad, me molesta un poco, pero como es una tontería y me quiero llevar bien contigo no te digo nada. Al día siguiente lo vuelves a dejar ahí, y sigo sin decirte nada. Y al otro. Y al otro…
Aquí que en el día 40, yo ya estoy hasta los huevos de tu vaso, y ademas de mala leche. Y exploto, fuera van sapos y culebras. Y resulta que no me había dado cuenta, pero tu estabas cabreandote tambien porque yo dejaba el plato encima de la mesa. Y tampoco me dijiste nada. Hasta hoy, que saltas con toda tu mala leche acumulada. Y tenemos una discusión brutal.
Y claro, la gente dirá: Qué pareja! Nunca se les oyó discutir hasta que se divorciaron!”
1 comentario
Cobi
14 septiembre, 2008, a las 19:18 (UTC 1) Enlace a este comentario
Consejo para lograr una buena convivencia: cuando descubres algo que te desagrada de la persona con la que convives, tienes que decidir si le comunicas tu desagrado en ese mismo momento, o callas para siempre sobre ese tema.
Una vez que esa cosa que te desagrada a pasado a formar parte de la convivencia, una vez que la has dejado pasar a tu casa, tienes que asumir que debías haberla echado antes y ahora ya es parte de tu relación. Un territorio perdido e irrecuperable.
Así de claro.