Los “OBJETIVO 2035″

La Cofradía del Santo Dividendo. Esteban, maestro de estadillos, Manuel, el gran líder, Servidor, rentista, Luis, jefe del área de inversiones, Dani, experto en CFDs y Fondos, Elías, mago de las opciones, David, experto en VIX, Julián, director del área de dividendos, Pau, jefe de ofimática, Javi, jefe de presidencia, Benito, jefe de prensa. Faltan Rafa Monleón, Jose Cardona, Paco Gimeno, Sergio Lozano, Jaime, Rubén, Juanjo, Edu, Juanma y alguno más… ,

En la foto quizás parezcamos un nuevo grupo musical, tipo “Back Street Boys”. Pero no.

Somos una comunidad de buscadores de la independencia financiera. El Objetivo es alcanzarla antes del 2035, liberarse del sistema, vivir de las rentas y dedicarse a lo que a cada cual le llene.  Nos conocimos a través de blogs y foros relativos a este tema y un buen día Manuel tuvo la iniciativa de hacer una quedada.

Esa primera quedada fue “a ciegas”. Debo decir que lo que más me sorprendió fue que fuésemos un grupo tan homogéneo. Todos varones, en nuestros 30s y 40s, y con un punto “freaky”. No en el sentido que en los EEUU dan a esa palabra, tipo “rarito”, si no en el sentido con el que la usamos en España, algo así como personas con muchas inquietudes y curiosidades que a menudo alcanzan a series, películas y juegos de culto; con gran propensión al aprendizaje autodidacta y cierta independencia con respecto a las reglas.

La conexión fue inmediata, y muchos de nosotros nos sentimos fuertemente aliviados por poder hablar de nuestras inquietudes más incomprendidas, que habían estado abocadas al silencio. Existían realmente otras personas que veían factible el sueño de alcanzar la Independencia Financiera; o que especulaban con estrategias de inversión similares.  Compañeros que también creen que es posible salirse del sistema que nos obliga a trabajar como robots en empleos aburridos hasta los 65.

También me llamó la atención que entre tantos nicks no se escondiera ninguna chica. Por algún motivo, quizás neurológico, este tema “excita y emociona” a los varones, al igual que los juegos de estrategia, películas de guerra, arcades, ajedrez… pero no a las mujeres. Si es necesario las mujeres pueden aprender y ser muy eficientes en la operativa bursátil, por ejemplo. Pero no les apasiona como a muchos de nosotros.

Las quedadas del grupo “Objetivo 2035″ suelen alargarse muuchas horas; y en ellas hemos aprendido sobre opciones, análisis financiero, estrategia global, futuros, índice de volatilidad, ETFs,..  pero también sobre películas, juegos, trucos de informática, idiomas y sobre la Vida con mayúsculas.

Parece mentira lo rápido que se avanza cuando te indican el trayecto, o al menos cuando lo investigas junto a los compañeros.

Pero lo mejor es que el camino se hace mucho más divertido. Cuando te sientes acompañado los momentos que antes eran duda ahora son diversión.

Comenzamos una serie de artículos que voluntariamente escribirán miembros de “Objetivo 2035″. Los publicaremos cada Domingo y cada Miércoles hasta que se sequen las ideas. Ningún artículo podría ser mejor para presentarse y comenzar que este de nuestro compañero Benito.

 LA SEMILLA, LA RATA Y LOS COMPAÑEROS DEL CAMINO.    Por Benito. 

Hay que ver lo fácil que es comenzar una carrera de maratón y lo complicado que es terminarla. Es desconcertante ver cuántas personas se ven obligadas a abandonar un propósito, por uno u otro motivo, sin saber si pudieron haber hecho algo más por conseguirlo. Creo que alcanzar el éxito o sucumbir al fracaso depende de ser o no capaz de aprovechar una determinada oportunidad. Y creo que la vida nos brinda multitud de oportunidades para conseguir nuestros objetivos y que lo complicado es identificarlas y ser valiente para aferrarte a ellas.

Este relato trata de contar cómo se forja un sueño y cómo se va desarrollando poco a poco hasta hacerse cada vez más real… Pero sobre todo este relato es un reconocimiento al trabajo colectivo, al poder del ser humano para colaborar y participar en un fin común, a la generosidad del que comparte lo que tiene o lo que sabe, a la demostración de que uno más uno siempre suma más de dos…. en definitiva es un agradecimiento por una de esas oportunidades que te brinda la vida para que alcances tus sueños.

La Semilla, la Rata y Los Compañeros del Camino

Hace ya casi dos años, pero recuerdo aquel instante como si fuese ayer mismo. En ese momento no tenía muy claro qué tendría que hacer para cumplir con el compromiso mental que acababa de adquirir conmigo mismo, sin embargo, aunque había sido casi por casualidad, sentía que estaba cuajando una de las decisiones más importantes de mi vida.

Durante varias semanas estuve recopilando información sobre el tema y evaluando si seguir apostando por aquel pensamiento era viable o simplemente se trataba de otro sueño inalcanzable más. Cuando, contra todo pronóstico, llegué a convencerme de que podría conseguir ese sueño, confieso que me dio hasta un poco de miedo y estuve a punto de echarme atrás.

No sabría describir la reacción de mi mujer cuando le hablé por primera vez de aquella idea que poco a poco se había instalado en mi cabeza como si de una pequeña obsesión se tratase. Sabía que involucrarla en esta historia era imprescindible así que, como hasta el camino más largo comienza con un primer paso, me dejé caer hacia adelante y lo di….

“Cariño, ¡quiero que lleguemos a ser financieramente independientes!” Quizás fue la determinación y seguridad con las que pronuncié aquellas palabras lo que las hizo creíbles. Evidentemente fueron necesarias multitud de explicaciones, justificaciones y respuestas a todo tipo de preguntas y dudas que surgieron durante la conversación, pero la semilla adecuada ya estaba puesta en el lugar correcto….. A partir de este momento sería cuestión de aprender a cuidar la planta que sin lugar a dudas iba a empezar a crecer.

Considero que, como la mayoría de la gente de este país, no tengo una adecuada cultura financiera, pero no iba a permitir que esto se convirtiera en una excusa. Comenzó así una etapa apasionante, que creo que ya nunca podré abandonar, en la que empecé a devorar todo tipo de información económica que caía en mis manos. Me empapé todo lo que pude del conocimiento que muchas personas plasman de manera altruista en la red. Me inicié en la lectura de libros que son verdaderas biblias sobre la educación financiera. Me suscribí a revistas de información bursátil…Todo esfuerzo me parecía poco.

En poco tiempo había conseguido el tan importante apoyo familiar y había sido capaz de adquirir los conocimientos mínimos necesarios para sentirme capaz de continuar avanzando con confianza por este camino. Fue entonces cuando me di cuenta de que debía dar el siguiente paso… “abandonar la carrera de la rata”…

Para quien no lo sepa esta expresión de Robert Kiyosaki describe el efecto en el que nos vemos atrapados cuando, sin darnos cuenta, conforme aumentan nuestros ingresos,generamos nuevos gastos en la misma medida, aumentamos nuestro nivel de vida e, independientemente del dinero que ganemos, siempre tenemos problemas para llegar a fin de mes. Para evitar este círculo vicioso, si no quieres verte ahogado financieramente,es fundamental adquirir bienes que te aporten ingresos y evitar los bienes que te generen gastos. Tengo que reconocer que, aunque no es sencillo cambiar el enfoque que has tenido toda la vida sobre cómo emplear el dinero, me enamoré profundamente de esta idea de Kiyosaki y la puse en práctica inmediatamente. Puedo asegurar que la sensación de ser un poco menos “rata” es realmente aliviadora y que merece la pena darse un descanso y dejar de correr durante el mayor tiempo posible.

Había llegado el momento, la hora de la verdad. Tenía que dejarme de juegos y empezar a materializar todo lo aprendido hasta ahora. Había diseñado un plan, tenía definido un presupuesto mensual para llevarlo a cabo y había abierto una cuenta real en el bróker de moda, así que seguí caminando con paso decidido y sin mirar atrás. Si la compra de las primeras acciones fueron ilusionantes ni os cuento la emoción de recibir los primeros dividendos… y encima mis acciones aumentaban de valor…. ¿qué más podía pedir?!!!! Todo funcionaba según lo previsto.

Como no podía ser de otra manera todo esto no iba a ser tan fácil y bonito. Al poco tiempo de experimentar la euforia del acierto inicial salió a relucir un aspecto muy importante del que casi nadie habla y que supondría la mayor limitación para seguir avanzando con éxito por este largo, sinuoso y complicado camino que estaba recorriendo para tratar de alcanzar la independencia financiera.

Hasta este momento nadie me había hablado de la mayor dificultad que me iba a encontrar. En ningún libro ni artículo sobre economía o finanzas me habían puesto en alerta ante este enemigo totalmente dispuesto a cortarme el paso. Nadie me había contado hasta ahora que mi mayor adversario iba a ser yo mismo, con mis miedos, dudas, inseguridades e imperfecciones. Limitaciones de todo ser humano que son incompatibles con ser capaz de mantener una misma actitud firme a largo plazo.

Pude comprobar, con tristeza,la facilidad con la que, conforme me iba adentrando en este frondoso bosque, comenzaban a asaltarme dudas sobre si iba por el camino adecuado o si estaba equivocado y sería mejor volver por donde había venido antes de que fuese demasiado tarde y me perdiera para siempre en su espesura. Cada vez tenía más sed y empezaba a no estar seguro de si sabría encontrar la próxima fuente de agua fresca.Encontrarme solo y desorientado en aquel desconocido lugar hizo que me planteara seriamente abandonar aquella aventura.

Fue entonces cuando los conocí. Aunque había oído hablar de ellos siempre pensé que eran personajes de ficción. Los encontré en mitad del camino y me uní al grupo.Hacía poco tiempo que se conocían. Me resultó sorprendente comprobar de primera mano que buscaban lo mismo que yo y seguían mi mismo camino. Había llegado a pensar que me había convertido en un bicho raro, equivocado y confundido por unas ideas sin sentido, y gracias a ellos pude comprobar que había más personas que perseguían el mismo sueño. No estaba solo. No voy a negar que la situación fue un tanto peculiar, pero muy gratificante. Algunos me indicaron dónde estaba la próxima fuente y me animaron a seguir, otros sabían que más adelante había un lugar donde encender fuego y descansar de manera segura, varios de ellos eran diestros en el arte de la caza, incluso uno de ellos sabía operar con opciones y futuros, cosa que en ese momento no entendí, pero que más tarde sería de gran ayuda.

Aquellos compañeros del camino resultaron ser una fuente inagotable de conocimiento y un apoyo constante. Aprendíamos cada día los unos de los otros, intercambiábamos información, cada uno ayudaba en lo que podía….. y lo más importante:  cada uno podía ver en los demás la misma ilusión y la misma determinación con las que un día decidieron adentrarse en aquel bosque…. y eso era muy reconfortante.

Una de mis pasiones es subir montañas. Es un deporte duro y exigente físicamente. Pero es mucho más duro y exigente a nivel mental. Hay momentos en los que crees que has consumido todas tus fuerzas, estás convencido de que has alcanzado tu límite de resistencia física y que no vas a poder dar ni un solo paso más. Es en esos momentos cuando he podido experimentar en varias ocasiones que el simple hecho de que un compañero acomode su ritmo al tuyo y te diga…. “¡vamos, ánimo, que tú puedes conseguirlo, que la cima ya está ahí!”…. puede ser suficiente para descubrir que aún te quedan fuerzas, vuelvas a confiar en ti mismo y puedas alcanzar tu objetivo.

Estas experiencias me han demostrado que lo que nos limita en multitud de ocasiones, aunque no lo creamos, es nuestra capacidad mental, que además es la que más agradece y necesita que le echen una mano. Es la mente la que nos pondrá las barreras más altas, y unas palabras de aliento y de ánimo de alguien que se encuentra en tu misma situación pueden ser suficientes para tumbarlas.

Cada vez estoy más convencido de que alcanzaré el objetivo y cumpliré con el compromiso mental que adquirí conmigo mismo hace ya casi dos años. Apenas he recorrido un pequeño tramo, ya lo sé, pero las dudas, miedos e inseguridades aparecen con menos frecuencia, y cuando surgen se disipan cada vez con mayor facilidad.

El camino sigue siendo igual de complicado y tortuoso que era al principio, eso no va a cambiar, pero creo que he plantado la semilla adecuada en el lugar correcto y estoy aprendiendo a cuidar la planta que ha empezado a crecer. Estoy consiguiendo que la “rata” deje de correr de una vez por todas. Y sobre todo ahora tengo la confianza y la tranquilidad de que, juntos,encontraremos la próxima fuente de agua fresca y un lugar donde encender fuego y descansar de forma segura.

Llegamos a este mundo para recorrer caminos, para conseguir objetivos, para perseguir sueños… todos lo hacemos, es ley de vida. El camino que conduce a la independencia financiera es, como otros muchos caminos, largo, sinuoso y complicado…. Cuando tengas dudas y creas que ya no puedes más procura tener cerca a alguien que acomode su ritmo al tuyo y te diga: “¡vamos, ánimo, que tú puedes conseguirlo, que la cima ya está ahí!”

Un compañero del camino.