EL ÚLTIMO DE FILIPINAS

Mi voluntariado como profesor de inglés en el norte de Tailandia se retrasó. Por otro lado, la nueva dictadura militar decidió que solo te dan visado por un mes cada vez que llegas en avión. Así las cosas no tenía más remedio que salir de Tailandia para poder conseguir el visado en regla.

Mis opciones eran dos:

-Bali, que está en temporada de lluvias
-Filipinas

Sin duda me equivoqué.

Manila

Tagaytay, Luzon.

más Manila

Filipinas es un “De ja vú” constante. Una mezcla imposible de varios lugares del mundo.

A menudo crees estar en Latinoamérica. Hasta físicamente lo parecen a veces. Tienen un pulso latino en su carácter, sus gestos, su forma de hablar, la omnipresencia de imágenes de Jesús y la Virgen, así como la peligrosidad, siempre latente, de sus calles. Dicen que más que una colonia española fue una colonia mejicana, pues desde ahí era de donde venían los galeones y los barcos comerciales.
Otras veces crees estar en alguna isla del Caribe. Tienen la misma pachorra y las mismas escenas callejeras. O es a las calles de la India a las que recuerdan?
Pero nada de esto quita para recordarnos que en realidad seguimos en el sudeste asiático, con sus omnipresentes SevenEleven, su tráfico asfixiante y ruidoso, sus puestos móviles de comida callejera.
Y para completar un toque de la vieja España. Sus mapas rebosan de nombres de santos y vírgenes, de ciudades que se llaman como otras españolas. Su idioma, el tagalo, está jalonado de palabras españolas, y sus impactantes escenas callejeras contrastan con las numerosas iglesias hispánicas construidas por todos lados.

Nada de lo dicho está reñido con el hecho de que Manila es la ciudad más fea que he visto en mi vida. Y he visto muchísimas. Intenté ser positivo con ella, buscarle la gracia o el lado bueno. No he sido capaz.

De entrada el Ministerio de Asuntos Exteriores alerta efusivamente de los muchos peligros del país. Especialmente del peligro de ser secuestrado que destaca sobre todos los habituales de robo, estafa y atropello.
Algo peligroso si que debe de ser. Lo digo porque hay guardas de seguridad armados con fusiles, no solo en bancos y casas de cambio, si no incluso en muchos restaurantes y comercios. Los taxistas te cierran el pestillo en cuanto subes, al principio no sabes si para que no entre nadie o para que no salgas tu…
Eso si, la amable imagen de Jesús y la Virgen preside cualquier banco, negocio o motocarro.
El tráfico es agobiante. Coches, motos, jeepneys, motocarros y peatones compiten por un espacio único en unas calles sin aceras continuas. La contaminación es más que visible tanto en el aire como en el suelo. A menudo ves orinar a la gente en cualquier rincón y sin mayores complejos.

Y pobreza, mucha pobreza. Completan la estampa las muchas personas que viven en la calle, al mejor estilo hindú. Y los niños que van vendiendo chicles o pidiendo dinero. Las prostitutas, claro, y también chavales colocados no se de qué.

Guardas armados en los comercios. Matan moscas a cañonazos? O realmente los malos son muuy malos?

Jeepney, el vehículo típico del lugar. Cuentan las malas lenguas que nació tras una noche de borrachera entre un Jeep y un autobus.

La vida desde un Jeepney

Y ahora voy a contar una historieta de la que soy infeliz protagonista. No se cómo puede haberme pasado a mi, con lo viajadito que estoy. Menudo pardillo!

De entre las decenas de vendedores que cada día me abordaban para ofrecerme cosas uno me pareció majete. Me vendía un Iphone. Ni más ni menos que un Iphone 6!. Como diría un maño: “Si, por los cojones!” Pero…
Pero me enseña el Iphone, me enseña la caja de Apple, su cargador Apple, sus auriculares, todo por estrenar. Me fijo en el Iphone. Va con el plastiquillo protector de pantalla todavía. Empiezo a jugar con el teléfono. Tiene las mismas aplicaciones que mi Ipad, el mismo menú de ajustes… Busco su capacidad. 64 GB! Pruebo su cámara de fotos….  Me lo deja por 150 dólares. Cómo es posible?  será de los que los trabajadores sacan de estranjis de la fábrica, pienso yo.

- 6000 pesos! le digo (120 euros)
- Vale!

Que dónde está el truco?
A la que llego al hotel lo conecto a internet. Voy a bajarme aplicaciones pero de repente, el icono de Store me lleva a…  Google Play!  No es un Iphone, es un móvil chino disfrazado de Iphone!  Qué cabrón!

………….

El ultimo de Filipinas. Eso ha sido. Mi ultimo viaje aquí, a la vez que el primero.
Hay filipinos que secuestran, que van colocados, que venden Iphones 6 “made in China”…  pero el resto he encontrado que son gente de lo más amable y educado. Personas que hablan muy bien inglés y muy prestas a ayudarte.

Por lo que cuentan, Filipinas tiene lugares fantásticos, islas remotas, playas, calas, paisajes… Pero no seré yo quien las descubra. Mientras el país tenga riesgo de atraco y secuestro no me apetece aventurarme.

Menos mal que siempre nos queda el Couchsurfing. Gracias May por ense;arme Filipinas y darle un poquito de color!