DIARIOS DE MOTOCICLETA. RUTA CIRCULAR DE UNA SEMANA POR CHIANG MAI-PAI-MAE HONG SON

(Copio aquí la crónica que hice por güasap de esta escapada en moto por el norte de Tailandia)

DIA CERO:

     Os voy a ir contando en estos “Diarios de motocicleta” mi paso por la ruta circular CHIANG MAI – PAI – MAE HONG SON, en el norte de Tailandia, bordeando con la frontera birmana. Se trata de un recorrido en bucle por la zona más montañosa y rural de Tailandia. Con las excursiones que tengo previstas dará para unos 800 kms de aventura.

¡Toma asiento!

Recorrido en Google Maps

 DÍA UNO:

     Salgo de Chiang Mai, con lo mínimo necesario en mi mochila pequeña. Dejo en el hotel la mochila grande. Naranjito se ha ido a la isla de Koh Samet, a atender negocios más interesantes que el mío. ¡Él sí que sabe!

     Al alejarte de la ciudad es un placer recordar el aire puro. La falta de viento y lluvias tiene a las grandes ciudades de Tailandia en niveles récord de contaminación. Si no hacen algo un día habrá que abandonarlas… Los primeros 40 kms son de autovía. En muchos sitios de Asia, las motos acostumbran a conducir en dirección contraria por los arcenes. Un caos. Afortunadamente suelen ir bastante despacito.

     Dejar la autovía y meterse por las montañas en dirección a Pai da una alegría tremenda. Incluso se nota cómo va refrescando conforme tomas altura. Impresionante esta carretera famosa por sus 762 curvas.

Carretera y manta. Con esta mierda de ciclomotor no sé si llegaré muy lejos…

“Café de la bruja” en medio de la nada

Puente sobre el río Pai, construido en la 2ªGM por prisioneros aliados

DÍA DOS:

     Un día entero en Pai, el antiguo paraíso hippie perdido en las montañas que desde luego ya ha sido encontrado… Lo digo porque está lleno de mochileros y de todo lo que a un mochilero le pueda gustar. Hoteles baratos, puestos de comida barata, carteles de buenrollismo, programas de estancias en monasterios para meditar…

     No quita todo esto para que Pai siga siendo un lugar muy especial, un pueblo que contagia paz de espíritu y que la naturaleza ha querido mimar con varias fuentes de aguas termales, cataratas, un espectacular cañón, geiseres y fantásticas vistas. Pai mola.

Río Pai

Cañón de Pai

Sai Ngam Hot Springs.

DÍA TRES:

      Salgo de Pai a las 9 de la madrugada dirección a Mae Hong Son (si, para mi a las 9 es madrugar) Preciosa la carretera. 120 kms sin apenas tráfico, bordeando montañas cársticas imposibles, cruzando campos de fresas y pueblecillos remotos, parando en miradores y puestos de venta ambulante.

      La carretera va bordeando la frontera con Birmania. En uno de estos miradores conozco a una pareja de Barcelona, equilibristas de circo de vacaciones y haciendo mi misma ruta en dirección contraria. Mi moto no puede con las cuestas, ¡qué poca potencia tiene! Subiendo una de estas montañas acabará ardiendo el motor.

      Por la tarde llego a Mae Hong Son, una pequeña capital de provincia que respira paz y la contagia. Aquí apenas llegamos los guiris. Ni falta que le hacemos.

Mi móvil te quita 20 años en las fotos.

Bar de carretera. Pero sin chicas que fuman.

El lago en el centro de Mae Hong Son. ¡Cuánta paz!

DIA CUATRO:

     Lo primero es ir al banco a cambiar Baths. La cola es larga y toca esperar un rato.. sin quererlo he empatizado con el abnegado cajero y como en una nebulosa me he transportado a tiempos pasados… AHHGG!! Tranquilo! Respira! Fue solo una imaginación! Ya pasó todo…

     Hoy me quedo por segunda noche en Mae Hong Son, el sitio desde luego lo merece. Hay montones de lugares que visitar, trekkings, parques naturales, cascadas, aguas termales y sobre todo poblados perdidas de etnias diversas…

     Me voy por la ruta que me recomendaron los chicos del circo, cien kilómetros más, por si tuve poca carretera los días pasados.

Primera parada, el parque natural de Pha Sua y su impresionante catarata.

y seguimos…

Luego parada a comer en este precioso pueblecito de chinos a la orilla de un lago chulísimo. Apenas a 500 metros de Birmania.

Mercadillo nocturno en Mae Hong Son

DÍA CINCO:  

      Hoy toca atravesar un inmenso hueco en el mapa. Al parecer hay 170 kms de carretera hasta llegar a la próxima ciudad con hotel . Lo mejor va a ser levantarse a las 9 y tomarse el día con calma… En realidad hay montones de pueblecillos perdidos por valles y montañas.

     En esta provincia la mayor parte de la población la forman los “pueblos de las montañas”, muchos de ellos llegaron huyendo de las limpiezas étnicas en el vecino Myanmar y de hecho vive en un limbo legal, sin tener siquiera pasaporte de ningún país.

Poblados por la carretera

     Paso por el pueblo de las “mujeres jirafa”, zoológico humano donde los haya, pero no paro. Prefiero parar en las cataratas de Mae Surin.

Mae Surin

    Uno de los mayores peligros de estas carreteras es la cantidad de perros que te encuentras de repente, a veces durmiendo la siesta sobre el asfalto, otras veces son perros asilvestrados, sin dueño, que salen de cualquier sitio.

Hay muchos puestos de venta ambulante de las deliciosas fresas locales. Me he hinchado!

Parada en otro bar de carretera. Se pierde el “glamour” conforme nos alejamos de lo turístico. ¿Dónde andarán fumando las chicas?

     Con las cuestas arriba y abajo y una moto tan poco potente como la mía, 170 kms se hacen muy cansados. Encuentro 20 kms antes unas cabañas de alquiler junto al río la mar de cucas y ahí que me quedo.

Con esta cámara me siento como un adolescente. ¡Venga a hacerme selfies!

La cabaña

DIA SEIS:

Parque nacional de Doi Inthanon, donde está el pico más alto de Tailandia

Templo en medio de la nada que he descubierto en plena adolescencia:

Templo

Adolescencia

Bueno, continuamos camino… Como soy más listo que el hambre voy a atajar por este camino que he visto en Google maps

Dios mío! ¿Dónde me he metido? Y encima sin cobertura….

¿Cuánto tardarían en encontrar un cadáver aquí?

Menos mal! Un poblado

Un café en mitad del camino… ¡¡¡ y con wifi !!!

Me cuenta el chaval que lleva el café que hay un “Homestay” barato a pocos kms con casetas junto al lago. Voy “pallá”…

por fin lo encuentro:

Es de coña!!! Por quién me tomáis???

A la tarde salgo a dar una vuelta y me adelanta con su moto el chaval del café, la mar de sonriente y haciendo mil gestos para que pare…
- You… dinner already?
- Pues no
- OK, you come my friends, dinner, drink beer… come!
- OK

Dios mío, ¿dónde me lleva?

     Y así acabé en medio de la jungla, cenando y bebiendo cerveza alrededor de una hoguera junto a esta gente tan requetemaja de la etnia Karen. Qué gente tan hospitalaria!.

     Me cuentan que ellos no hablan tailandés sino Karen, que la mayoría de los de su pueblo vive en Myanmar donde están muy perseguidos.

Reconozco que al principio de la velada se me pasó por la cabeza que la cena podía ser yo…

Enlace a un vídeo del momento con la versión Karen en guitarra de “Mi carro” de Manolo Escobar

Qué gente tan maja hay en el mundo!

DÍA SIETE:

80 Kms hasta Chiang Mai. Vuelta al humo y a la civilización. En total han sido casi 800 Kms. en esta patata de moto.

¡Gracias por haberme acompañado!